"Una filosofía de lo sensible", por Diego Bentivegna

Emanuele Coccia es una de las voces jóvenes más potentes del pensamiento italiano contemporáneo. Formado en las universidades de Macerata y de Florencia y profesor en la Universidad de Friburgo (Alemania) y en la Escuela de Altos Estudios de París, en nuestro ámbito el autor es conocido fundamentalmente por su estudio Filosofía de la imaginación Averroes y el averroísmo, publicado en 2008 por Adriana Hidalgo, así como por una obra de amplias dimensiones proyectada junto con Giorgio Agamben: el tratado sobre angeología publicado en 2009 por la editorial Neri Pozza de Venecia, que recorre, y en gran parte reproduce, fuentes hebreas, cristiana y musulmanas, y que aún no ha sido traducido al castellano.
En La vida sensible, Coccia presenta una filosofía de lo sensible, inscripta en la crítica a la dicotomía cartesiana entre res cogitans y res extensa, una crítica que, en el marco del pensamiento filosófico, representa una veta importante de la reflexión del siglo XX y que se remonta, como el mismo Coccia lo muestra, hasta la Ciencia Nueva del napolitano Giambattista Vico. Se trata, al mismo tiempo, de pensar el problema de la experiencia, sometida en la modernidad, como advierte Walter Benjamin, a un proceso de destrucción, en la medida en que sólo a través de su salida de sí, de un devenir sensible, algo se vuelve experimentable y, en consecuencia, transmisible. Ser sensible es, pues, extrañarse con respecto a sí mismo, ser ajeno, estar en condiciones de ser migrante y de entregarse, también, a la tradición.

Continúa aquí (El Litotal, 24/12/2011)

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